ALGAS VEGANAS
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Ricas En Vitaminas y Minerales
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Algas Veganas para cuidar tu salud
Nuevas texturas y deliciosos sabores para tus recetas vanguardistas
Las algas veganas se han convertido en un estímulo para la imaginación en la cocina porque podemos crear nuevas texturas y deliciosos sabores; por eso las verduras del mar están cada vez más presentes en las recetas vanguardistas de alta cocina y se están incorporando también a los platos más tradicionales, resaltando su sabor y su belleza. Las algas contienen una concentración de nutrientes tales que con un consumo mínimo ya podemos beneficiarnos de ellos; sus colores son brillantes e intensos, lo que las hace muy apetecibles.
El término algas se ha utilizado en la comunidad científica durante muchos años, porque lo que solemos llamar algas son en realidad especies que en ocasiones pertenecen a reinos diferentes. Pero bueno, para comer y disfrutar de estas propiedades, no tenemos que saber que pertenecen a un reino llamado “protozoos”, sino que la espirulina proviene del reino de los procariotas. La forma habitual de aprender a identificarlas es dividirlas en tres categorías: algas verdes, algas pardas y algas rojas (usamos espirulina junto con algas verdes).
La mayoría de las algas proporcionan grandes cantidades de vitamina E, lo que la convierte en un claro agente anti-envejecimiento. Además, también contienen provitamina A (el precursor de la vitamina A) y betacaroteno, que son excelentes protectores de la visión y el desarrollo óseo. Además, también aportan grupos de vitamina C y B. Entre los minerales que aportan las algas, los más destacados son el calcio, magnesio, potasio, yodo, zinc, selenio, cobalto y cobre. La característica más destacada de las proteínas que encontramos en las algas es que estas plantas las absorben porque son fáciles de absorber. Son menos tóxicos que las proteínas animales y aportan aminoácidos esenciales. En cuanto a los hidratos de carbono, gracias al manitol, las algas resultan muy saciantes, ayudando a estimular la función del hígado, no incrementando la glucosa en la sangre.
A menudo se recomiendan las algas a los vegetarianos, y estas recomendaciones a menudo se basan en ideas erróneas, incluso tan peligrosas como la B12, o en recomendaciones implícitas pero insuficientes (como el yodo).
A los vegetarianos se les recomienda comer algas, especialmente espirulina o clorella, porque “tienen B12”. Esto es un gran error, porque las algas contienen carotenoides o análogos de B12, que no son suficientes para promover el metabolismo del cuerpo. No solo eso, también pueden distorsionar el análisis y dificultar la absorción de B12 activo. El caso es que se recomienda no consumir estas algas con regularidad para evitar enmascarar la deficiencia de B12.
Uno de los nutrientes ricos en las algas es el yodo. A primera vista, parece una buena noticia: en España, la prevalencia de la deficiencia de yodo es alta y una fuente tan poderosa podría ayudar. Pero este no es el caso, porque las algas son una fuente “demasiado grande” de yodo. Así como la deficiencia de yodo puede causar problemas, una ingesta excesiva también puede provocar problemas.
