El vermut gusta, el vermut aficiona. Por eso son tantas las personas que buscan nuevos
La copa Martini es un clásico en la coctelería y en el mundo de las bebidas. A nivel visual es elegante, bonita y estilosa. Una base amplia, un tallo fino y luego la copa, que se abre de manera uniforme, sin tener nuevas dobleces.
Ahora bien, no solo la estética define a la copa Martini, esta también tiene sus códigos internos de uso. Está pensada para disfrutar de bebidas alcohólicas que se sirven frías, pero que en principio no necesitan hielo. Esa, al menos, es la tradición. Pero a veces no está de más experimentar un poco.
La copa Martini sirve para bebidas alcohólicas como el Martini, evidentemente, aunque también se pueden servir tragos como el vermut. Digamos que estaríamos ante un vacío legal en lo que respecta al hielo.
A favor del hielo en la copa
¿Qué opinan los que no quieren caer en el convencionalismo clásico de beber un Martini sin hielo?
–Embellece la bebida. Lo cierto es que la condensación que se forma en el exterior de la copa hace que esta sea mucho más atractiva y que apetezca más. No hay que olvidar que, como en cualquier otro elemento de la gastronomía, el disfrute no se limita solo al sabor.
–La mantiene fría. Imagina que la botella está recién abierta, o que vayas a beberte el trago con calma y sin prisas. Llega un momento en el que el líquido de su interior se templa. Si quieres evitar que esto pase, el hielo puede ser una solución bastante funcional. Es cierto que puede aguar un poco el licor, pero sería suficiente con no echar una cantidad demasiado grande.
En contra del hielo en la copa
Los convencidos del método más clásico y tradicional de consumo te dirán lo siguiente:
–Las copas Martini no tienen una estructura apropiada para tener hielo. Hay otras, como la copa de balón o de tubo, mucho más funcionales para incluir el hielo.
–Una moda pasajera. Los puristas te dirán que eso de echarle hielo a una copa Martini no es más que una tendencia de las redes sociales, para que la fotografía quede más bonita. Pero que, realmente, ese hielo solo estropea el sabor de la bebida.
–Menos cantidad. Obviamente el hielo ocupa un espacio en la copa. Y ese espacio, como te podrás imaginar, se lo estaría quitando a la propia bebida. No solo aguas el licor, también lo disfrutas menos.
Como ves, la polémica está servida. Sobre gustos no hay nada escrito, y solo el tiempo dirá si echarle hielo a la copa de Martini no es más que una moda pasajera o si termina siendo una idea nueva que vale la pena tener en cuenta. ¿Tú qué piensas?