El vermut gusta, el vermut aficiona. Por eso son tantas las personas que buscan nuevos
Fíjate en cualquier bebida alcohólica que te puedan servir en un bar o local. Cerveza, vino, cócteles… todas tienen algo que llama la atención en la distancia: la copa, la forma en la que se presenta. ¿Se trata sencillamente de una cuestión estética y de tradición? ¿O tiene acaso una explicación? Lo cierto es que el diámetro de las copas de cóctel, el tipo de cristal o incluso la forma en la que almacena la bebida pueden condicionar, y mucho, el sabor final de lo que tomes. Y por eso, si quieres beber un cóctel de primera, antes tienes que saber dónde servirlo.
Algunas de las copas de cóctel más emblemáticas que hay
Como podrás ver, casi todas ellas ya están asociadas a un tipo de cóctel o bebida en concreto.
Copa margarita
Nació directamente para preparar esta bebida. Lo interesante son los dos niveles que tiene, ya que se ensancha a mitad de copa para alcanzar un mayor diámetro en su boca. ¿El motivo? Muy sencillo, para espolvorear sal y que fuese suficiente para toda la bebida. Piensa que un cóctel, a diferencia de una cerveza, se bebe en pequeños sorbos. Y un buen margarita tiene que tener un poco de sal en cada trago. Por eso, con un borde más ancho de una extensión más larga, no te quedas sin sal a mitad de copa.
Vaso Collins
Quizás te suene menos, aunque es el más sencillo de reconocer: es el que te ponen si pides un refresco o un agua. Alargado y en forma de tubo. Pensado para cócteles que no incluían hielo en su composición y que se tomaban como tragos largos. O, en otras palabras: con una baja graduación de alcohol.
Vaso Rock Glass
¿Hay algo más cinematográfico que servirse un whisky en una copa baja de cristal grueso? Ese vaso tan archiconocido es el Rock Glass. Está pensado para servir el alcohol tan cual con una gran cantidad significativa de hielo, para que se vaya aguando poco a poco.
Vaso shot
No hay que olvidarse de que no todas las copas están pensadas para disfrutar la bebida con calma. El vaso de chupito tiene esa forma por su manera de consumirse. Pequeño, con una base más pesada y una boca ancha, no tiene espacio para el hielo. La idea es que te lo termines antes de que se recaliente.
Copa clásica de Martini
At last but not least, tenemos un verdadero clásico, la copa Martini. Afilada, elegante, omnipresente y pensada para los cócteles que se sirven fríos, sin necesidad de hielo.
Como has podido ver, las copas de cóctel juegan un papel fundamental en la bebida. Son una cuestión de estilo, sabor y disfrute.