¿Tienes una lata con buenas anchoas en vinagre? Entonces tienes un manjar en potencia entre
Cómo preparar la navaja de mar
¿Alguna vez has probado la navaja de mar? Es uno de los mariscos más ricos y sencillos, especialmente práctico para una comida ligera y de picoteo. Típicamente gallegas, las navajas puedes acompañarlas con un vino blanco. O, si te pilla cerca, también con un vermú tan gallego como ellas.
Sencillo y directo: las navajas a la plancha
Poco importa lo bien o mal que se te dé cocinar. Este plato no tiene ninguna ciencia, es delicioso y, si tienes un buen producto, será un éxito. Te lo explicamos:
Lo primero es hacer el aliño. Picas un par de dientes de ajo muy finos, un poco de perejil, y le añades sal y aceite. Esto lo dejas en la nevera, enfriando, para que vaya cogiendo sabor.
Para cuatro comensales, por ejemplo, serán necesarias un kilo de navajas. Si son de las Rías Baixas, mejor. Luego, en una sartén echas sal gorda y un poco de aceite de oliva. Y dejas las navajas dos minutos en total, más o menos. La idea es que no queden demasiado duras ni demasiado blandas.
Así es como se hacen a la plancha, pero también puedes hacerlas al vapor (con un poco de laurel y de vino blanco). En cualquier caso, elijas la receta que elijas, es crucial que antes de todo esto hagas una cosa: preparar la navaja de mar.
No te olvides de desbabar
¿Las navajas son frescas? Entonces es más que probable que traigan un poco de arena en su interior. Y esta puede estropear, y mucho, el resultado final del plato. Pero existe un truco que los gallego denominan “desbabar”, y que es tremendamente sencillo.
Una vez compres las navajas, necesitas un tupper redondo, o una estructura similar. Por ejemplo, puedes coger una botella de plástico de dos litros y partirla, para quedarte con la base. Ahí pones las navajas en punta. Es decir, como lápices en un lapicero. Y añades agua al fondo con abundante sal. Lo dejas reposar durante una o dos horas (mejor dos horas, la verdad) y las propias navajas eliminarán todas las arenas que tengan en su interior. Así podrás disfrutar de ellas.
Como has podido ver, cuando el marisco es bueno no hace falta una elaboración demasiado compleja. Solo hay que buscar productos que puedan acompañar debidamente su sabor y que ayuden a que este se mantenga fresco y con ese reflejo tan interesante que deja el mar en las navajas.
Un buen acompañamiento puede ser un trozo grande de pan gallego, o una tabla de quesos. Y, cómo no, un vermú de igual calidad que la navaja de mar. Por ejemplo, uno elaborado a partir de un Albariño, ¿se te ocurre alguno?
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